El 1 de enero del próximo año 2020 entrará en vigor la octava revisión de las reglas Incoterms, los conocidos como International Commercial Terms o Términos de Comercio Internacional. Unas siglas que definen las condiciones de entregas de mercancías y productos en el comercio a nivel global.

Sabemos ya que los nuevos Incoterms continuarán siendo 11 en total y se distribuirán entre Incoterms intermodales e Incoterms marítimos. Además, EXW, el CIF o el FOB, continuarán siendo los líderes.

Eso sí, con esta nueva revisión, los Icoterms añaden algunas novedades al reglamento, entre las que destacamos:

1º Sustitución del DAT (Delivered At Terminal) por el nuevo incoterm DPU (Delivered At Place Unloaded). En este último aparece el permiso de continuación de transporte puerta a puerta. Siempre con el compromiso de que el vendedor no tendrá que hacerse cargo de los trámites tributarios en destino; sino que será el destinatario quién los pagará.

 2º Nuevas condiciones en el CIP  (Carrier and Insurance Paid To – Transporte y Seguro pagados): que fija nuevas condiciones de seguro de máximos, con cobertura de mayores riesgos y fija indemnizaciones mayores.

3º Novedades en FCA (Free Carrier-Franco Transportista): en las nuevas reglas Incoterms,  aparece la posibilidad de que el vendedor posea una copia del documento de transporte. Como manera de demostrar la realización de la entrega.

¿Qué regulan los Incoterms?

Debemos empezar diciendo que este reglamento no es de uso obligatorio; sino que es decisión de las empresas y particulares el utilizarlos o no, ya que existe libertad a la hora de pactar las condiciones. Eso sí, su uso está muy generalizado ya que se sigue un marco común, por lo que facilita muchísimo los movimientos.

La Cámara Internacional de Comercio, con sede en París, es la encargada de crearlos y realizar sus actualizaciones. Y, las compañías del sector logístico, así como los profesionales de este ámbito deben estar al corriente de dichas modificaciones.

Ahora bien el principal objetivo de los Incoterms es delimitar con precisión algunos aspectos clave como es el reparto de los costes logísticos entre vendedor y comprador. O la concreción de los riesgos que se asocian al transporte.  Estas reglas también especifican los documentos y trámites aduaneros que son indispensables en el comercio exterior.  

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