Errores más frecuentes en los transportes terrestres de mercancías

Datos erróneos

El ABC de un envío tiene que empezar, necesariamente, porque esté bien documentado, tanto por el cliente como por el operador logístico. Las empresas de transportes terrestres de mercancías insistimos a nuestros clientes en la importancia de disponer de toda la información posible desde el primer momento. Cuánta mercancía hay que recoger, de qué pesos y dimensiones, lugares completos de recogida y entrega, teléfonos y personas de contacto, etc.

En el debe de los operadores logísticos están los errores que se pueden producir durante la grabación de datos de la expedición. Por ejemplo, una errata en el nombre de la persona de contacto puede resultar fácilmente subsanable. Pero en el caso del código postal un dígito erróneo puede mandar una mercancía a la otra punta del país, produciendo retrasos (y extracostes para el transportista).

 

Ausencia de la persona

“No había nadie en casa”. Posiblemente sea la frase más temida tanto para empresas como por destinatarios. En el mundo de la paquetería y las entregas a particulares es sin duda la primera causa de las entregas fallidas. Por eso están en desarrollo numerosas iniciativas para reducir esta casuística: tramos de entrega más reducidos, pre-avisos al cliente, cambios de cita ante imprevistos, etc.

Desde la perspectiva del destinatario el temor reside en la mala práctica de algunas empresas de señalar como causa de la incidencia la ausencia del destinatario cuando este se ha quedado en su domicilio esperando específicamente dicha entrega. Pocas cosas hay más molestas que estas situaciones.

 

Roturas

En este punto podemos diferenciar los casos en los que la responsabilidad recae en el transportista o en el cargador. Entre los primeros casos están aquellas en que los transportes terrestres de mercancías tienen problemas durante la manipulación (carga y descarga de los camiones o almacenes) o durante el recorrido (no hace falta que sea una colisión, un simple frenazo fuerte en un camión con más de veinte toneladas de carga puede dar lugar a desperfectos).

Entre los fallos habitualmente achacables a los que envían la mercancía está la preparación de esta. Resulta difícil exagerar lo importante que es montar un buen palé para que este llegue a su destino tal y como salió. El recorrido de un palé comprende a menudo varias cargas y descargas y cientos de kilómetros. Si su preparación es precaria lo más fácil es que no tardemos en tener malas noticias.

 

Tarificación en los transportes terrestres de mercancías

No todos los problemas de un envío tienen que ver con lo que es el desplazamiento de la mercancía. A veces las sorpresas llegan cuando vemos el precio, lo que frecuentemente está relacionado con no conocer la tarifa (ya sea porque no se nos haya explicado bien o porque no la hayamos visto con detenimiento).

Entre los casos más frecuentes están los de aquellas tarifas que vienen expresadas en kilos. Lo más normal es que todas estas tarifas tengan, a la vez que un precio por kilos, un factor de conversión de volumen a peso para aquellas mercancías ligeras pero voluminosas. Otros factores que has de tener en consideración pueden ser las reexpediciones a pequeñas localidades, el factor del combustible -más habitual en internacional-, etc.

 

Retrasos (mal enrutado, tráfico, averías)

En este tema hay que coger el toro por los cuernos: en los transportes terrestres de mercancías a veces hay retrasos. A veces no serán achacables al transportista (una avería en el vehículo, un atasco de tráfico difícil de prever…). Pero en otras ocasiones sí, como puede ser el error en la documentación que comentábamos antes, un fallo en la preparación de un pedido, una ruta de reparto mal diseñada, etc.

Hemos comenzado el artículo explicando que los servicios logísticos cada día ofrecen un mayor nivel de desempeño. Sin embargo, en cada apartado hemos visto áreas en las que los operadores logísticos podemos y debemos seguir mejorando. Y eso nos anima a esforzarnos un poco más cada día.

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