Hace unos años nuestra ubicación actual, la hora a la que salimos de casa, si llegamos tarde o no al trabajo, dónde vamos de vacaciones, a qué gimnasio, etc. quedaba exclusivamente reservado al terreno de la más estricta intimidad. Resulta verdaderamente asombroso comprobar cómo todavía hoy podemos discutir sobre si una aplicación u otra viola nuestro derecho a la intimidad, pero lo bien cierto es que en la mayoría de las ocasiones hemos cedido voluntariamente dichos datos a cambio de que se nos revierta positivamente. No nos preocupa tanto que nos envíen publicidad, como que sea publicidad útil para nosotros en el momento oportuno.
Gracias a esa cesión podemos estar sobreinformados de absolutamente todo lo que deseemos, literalmente todo está a tiro de App o a merced de Google, opiniones, productos, servicios, información, etc. El cambio de vida está siendo de tal magnitud que, hasta nuestro cerebro se ha acostumbrado a trabajar de otra forma para adaptarnos a un entorno más convulso.
La logística 4.0 va a moverse en esta sociedad 4.0 que a resultas está mucho mejor informada y que tiene un nivel de exigencia altísimo acorde a las expectativas depositadas en el producto o servicio que pagan los usuarios. Unas expectativas que han sido conformadas a base de recopilar multitud de opiniones sobre ello y, por tanto, gozan de gran solidez. Sin duda en este escenario el comercio electrónico tendrá un papel protagonista que con toda probabilidad acabará siendo exclusivista para algunos productos.
¿Dónde está la logística hoy?
Según el Informe anual del sector postal (2018) elaborado por la CNMC publicado en noviembre de 2019 www.cnmc.es “El comercio electrónico es uno de los principales generadores de volúmenes dentro del mercado postal, especialmente en lo que a paquetería se refiere. (…) El primer aspecto destacable es el incremento trimestre a trimestre de las transacciones del comercio electrónico en nuestro país. El cuarto trimestre de 2018 terminó con un total de 205,8 millones (un 20,8% más que el trimestre anterior).” Además, afirma que “en el tramo de envíos entre 2 y 20 kilos son las redes de transporte urgente de ámbito nacional las que predominan con un 60,6% del total, (…) En el ámbito predominante en nuestro mercado, el nacional, la mayor presencia es la de las redes de transporte urgente de ámbito nacional con un 52,1% de los envíos”
Sin embargo el Instituto de investigación de Capgemini en un informe de 2018 revela que pese al continuo crecimiento interanual del comercio electrónico B2C los consumidores no están satisfechos con el servicio de reparto por tres razones principalmente: que no puedan recibir el producto en el mismo día, el precio elevado del servicio y los retrasos en la entrega. Además, pese a que el “55% de los consumidores dicen que una opción de entrega en dos horas aumentaría su fidelidad, sin embargo, sólo el 19% de las empresas ofrecen actualmente entrega en dos horas o incluso más rápidas”.
Curioso, pese a que los clientes tienen unas exigencias y expectativas muy claras sobre lo que debería suponer el servicio de reparto y la logística del futuro (en lo que a ellos afecta) parece que el sector navega en otra dirección o en la misma pero demasiado atrás. El mercado parece tenerlo claro: exige entregas justo a tiempo, que se respete la integridad de los envíos, trazabilidad absoluta y precisa, cero emisiones, y una implicación de las compañías en el servicio que prestan, que resuelvan las incidencias que provocan y las utilicen para iniciar un proceso de mejora continua que lleve a la consecución de objetivos de calidad en el servicio cada vez más altos.
Y esto es solo el principio, no olvidemos que lo que ofrecemos hoy como innovación mañana será lo esperado, es decir, exigencia.
¿Hacia dónde nos dirigimos a nivel logístico?
Logística 4.0 no tiene nada que ver con colocar en el centro de las ciudades unas cuantas bicicletas con cajones de carga, realizando exactamente las mismas acciones y cometiendo los mismos errores que el reparto tradicional en furgoneta, solo que, sobre pedales.
El concepto de logística 4.0 tiene mucho más que ver con cambios en su naturaleza, dirección y objetivos, es decir, en su filosofía, que con insignificantes cambios puntuales de algunos de sus medios de transporte. La logística 4.0 debe adaptarse a cambios de mentalidad social en un entorno que no se conformará con simples medidas de maquillaje y que exigirá autenticidad, puntualidad, fiabilidad en los plazos, flexibilidad y sostenibilidad. La logística 4.0 debe introducirse en todos los procesos del ciclo de vida de un producto, en un entorno industrial muy tecnológico que, obligado por cambios en un mercado en el que debe competir a nivel global, con clientes muy bien informados, que reclaman calidades y personalizaciones óptimas, también exigirá que la logística actúe a ese mismo nivel de exigencia.
Con el peso que está adquiriendo el ecommerce, en las “Smart Cities” para que una empresa sea eficiente su logística deberá serlo también, es más, la percepción final del cliente de cada marca o compañía será exactamente la que refleje su logística ya que prácticamente será el único contacto que dicho cliente tenga con ella aparte de la experiencia que obtenga del producto adquirido. Citando de nuevo a Capgemini observamos que:“3 de cada 4 consumidores incrementaría el gasto en compras y estaría dispuesto a probar nuevos productos si el servicio de entrega es satisfactorio. Sin embargo, solo un 2% está dispuesto a cubrir el coste completo del reparto.”
Otro factor en el que incide este informe es la mayor importancia que los consumidores dan a que la entrega se realice en una franja horaria conveniente a que sea rápida. Es decir, debemos enfocar recursos a entregar cada vez en menos tiempo, sí, pero siempre teniendo en cuenta que no será necesario en todas las ocasiones. Como consumidores no valoramos tanto que se nos pueda entregar un producto en dos horas, como que estemos en el destino para recibirlo. Lógico, ¿no? Sin embargo, como logísticos debemos estar preparados para hacerlo en todos los casos en que sea necesario ya que aumenta la fiabilidad.
El futuro de la logística serán empresas que basen sus modus operandi en la tecnología y la información más que en el tipo de vehículos que utilicen, que también. ¿Por qué? Porque contar con vehículos sostenibles como valor añadido es algo que será un distintivo al principio pero que en el medio/largo plazo será lo habitual y dejará de tener valor. Sin embargo, las empresas cuyo punto fuerte y ventaja competitiva sea el análisis y tratamiento de la información, del big data, para poder realizar el mismo trabajo por menos dinero, tendrán mejores perspectivas de futuro. Se trata de tener mayor capacidad con menos recursos, de eliminar stocks innecesarios y abaratar la gestión de los imprescindibles, y especializar la actividad hacia la distribución urbana en concreto, a mejorar la eficacia y eficiencia de la última milla y todo gracias al uso de la tecnología y de la información. Eso es la logística 4.0.
Conclusiones
Los logísticos de la ultima milla ya no somos meros repartidores, somos responsables del grado de confianza que los clientes depositan en sus proveedores, de la imagen de marca de los productos, de la imagen corporativa de las compañías, en definitiva, formamos parte del posicionamiento en el mercado de servicios, productos, fabricantes y de nosotros mismos.
El futuro 4.0 será de las empresas que se encarguen de ofrecer un servicio impecable contribuyendo de forma inequívoca a mejorar la experiencia de compra del cliente, que cada vez cobra mayor importancia por encima incluso de las características del producto y su precio. Es decir, que cada vez más, compramos logística, nos fidelizamos por la logística y en el posicionamiento de las empresas influye decisivamente la logística, mucho más que los productos o su precio.
Caminamos inevitablemente hacia la trazabilidad total y precisa de cada envío, la flexibilidad no solo respecto a cambios de la demanda sino también respecto a cambios de ubicación del destinatario, la eficiencia en las entregas conociendo al cliente y al destinatario y estableciendo redes adecuadas para unos y otros. Hacia la sostenibilidad, hacia medios de transporte con cero emisiones y hacia niveles de stock que no rompan la cadena pero que no se acumulen en exceso. Los sistemas de producción cambiarán acorde a las necesidades del mercado y la logística 4.0 que los conecta deberá adaptarse a unos y a otros de forma eficaz aprovechando todos los recursos tecnológicos y de información a su disposición.
La logística del futuro será capaz de anticiparse a nuestros propios movimientos y nos entregará lo que necesitemos en el momento justo en que lo necesitemos, estemos donde estemos. Podremos confiar en recibir el nuevo libro que hemos comprado justo en el momento que hayamos decidido que estaremos sentados en nuestro banco preferido frente al mar para leerlo, la sombrilla de la playa justo antes de tener que usarla en nuestro lugar de vacaciones, etc. De todo ello, se encargará la logística 4.0.
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